EL FANTASMA DE MI HABITACIÓN
Recomendación: antes de leer esta historia, dale play al video.
Hace muchos años atrás, mi padre tomó la decisión de comprar una casa, luego de ver varias opciones en compañía de mi abuela y mi madre escogieron una, parecía ser el hogar perfecto, precisa para nosotros una familia conformada de 6 personas.
Los primeros días de la mudanza fueron un desorden total, no nos decidíamos color de pintura, ni cómo adecuarla, no teníamos vecinos, ya que era una sola casa en un amplio terreno, básicamente en el sector solo veía lomas y una calle a lo lejos.
La casa tenía 3 habitaciones, en un cuarto dormían mis padres, en el 2do cuarto (el del medio) mis dos hermanos, y mi cuarto, el ultimo con ventana hacia el patio estaba el mío que lo compartía con una tía.
Luego de haberle hecho los arreglos a la casa nueva, mis padres decidieron hacer una parrillada e invitar a mis tíos y abuelos, para ese entonces yo tenía a penas 17 años.
Como somos una familia numerosa decidieron sacar las sillas al portal y de esta manera poder conversar, mientras que los primos y mis hermanos (todos pequeños) decidimos quedarnos en mi cuarto a contar historias "de terror".
Los cuentos que cada uno decía, realmente no causaban miedo pero si nos burlábamos de lo que hablábamos, en este caso de los fantasmas. En un momento de risas y algarabía, se fue la luz por un tiempo de 5 minutos, realmente fueron los 5 minutos más largos para mi.
Comencé a sentir que me susurraban al oído, molesta comencé a reclamar a mis primos y hermanos por la "según yo" broma que me hacían, de tanta insistencia en negar que ellos lo habían hecho, una vez que regresó la luz, todos decidimos salir del cuarto, pero a mi me quedó esa duda en la cabeza.
Mi tía, la que dormía conmigo a raíz de la enfermedad de mi abuela decidió irse a vivir con ella, yo no estaba acostumbrada a dormir sola, pero con ese cambio sentía que era tiempo de madurar, pues iba a tener mis cosas sola, tener mi espacio, espacio que con el tiempo se volvió en mi mayor pesadilla.
Solía dormir con la puerta entre abierta por si mis padres quisieran entrar en cualquier momento, así mismo la ventana sin cortina y abierta. La primera noche de dormir sola, sentía mucho frío, pensaba que era recomendable tener una cortina y en esta ocasión dejar la ventana cerrada, pues le adjudicaba el frio a que la ventana estaba abierta.
Durante una semana durmiendo sola, el frío se volvía un poco tenebroso, pues cuando salía de la habitación hacía calor, era algo que no entendía, al contarle a mis padres pensaban que era por la poca costumbre de dormir sola, "tranquila, ya se pasará", fueron las palabras de mi papá.
Mi cuarto solo tenía una cómoda y un armario, en este armario tenía peluches, y un pony de juguete que al aplastarlo sonaba una música. En una noche de esas, en las que no podía conciliar el sueño, al intentar cerrar los ojos, escuché el sonido del pony, de inmediato me levanté de la cama y recordé que el pony que había traído no tenía pilas, era ilógico que sonara.
A la mañana siguiente, me propuse revisar todas las cosas que había traído de la otra casa, al revisar el pony me percaté que efectivamente, no tenía pilas, le conté lo que sucedió a mi papá y obviamente no me creyó, pensó que eran cuentos de niños y que quizás por el sueño asumí que escuché al juguete.
Recuerdo tanto que en el trabajo de mi papá le habían regalado una cámara y un trípode, llegando la noche me propuse grabarme mientras dormía. la cámara siguió su curso, y al día siguiente al revisarla no encontré nada.
Decidí olvidar el tema del juguete y continuar mi vida, una noche del 30 de octubre, recuerdo haberme acostado temprano a dormir, (en realidad yo creía que estaba dormida), mientras tenía los ojos cerrados sentía como la puerta de mi cuarto poco a poco se estaba abriendo, ¿papi eres tú? no tenía respuesta, seguía la puerta abriéndose poco a poco, volví a preguntar ¿papi, estás ahí? al ver que nadie me respondía decidí taparme completa con la colcha, indudablemente estaba muriendo de miedo, como escuché pasos y la sensación de que alguien entraba al cuarto bajé un poco la colcha que tapaba toda mi cara, al ver en dirección a mi puerta, lo vi, era la sombra de un hombre alto con un sombrero, no podía ver rostro ni color de piel, nada, simplemente se veía una sombra negra. los nervios hicieron que grite tanto que mis padres de inmediato llegaron a cuarto abrieron la puerta y me vieron temblando por el susto, les conté lo que sucedía pero seguían con la duda, no me creían.
Esa noche se quedó conmigo a dormir mi mamá y durante un mes no volví a sentir nada, el frío paró, y me sentía mas tranquila. Como no tuve quinceañera mis tíos de Venezuela, me regalaron un pasaje, para esto mi primo, dos años mayor a mi me pidió quedarse unos días a dormir en mi cuarto, habiéndole contado todo lo que había se quedó. Esto no duró mas una noche, al preguntarle por qué se fue las palabras de mi primo fueron "hay alguien en tu cuarto", no dijo nada más.
Cuando llegué al país intenté preguntarle una y otra vez lo que le había sucedido, el por qué no se quedó todos esos días, nunca me lo contó, no sé lo que vivió.
Luego de un tiempo y con una cámara mas actualizada decidí retomar las grabaciones mientras dormía, sabía que había algo y quería de una u otra manera descubrirlo.
Decidí colocar la cámara en un ángulo en el que me pueda enfocar a mi en mi cama, traté de que la cámara esté totalmente cargada para que pueda grabar lo suficiente.
Pasé tres días sin revisar la cámara, tenía miedo de lo que iba a encontrar. Un día me llené de valentía y lo hice, revisé segundo a segundo la grabación, y ahí estaba yo, siendo vigilada por una sombra negra, la misma que vi aquel día, pasaron horas y horas y la sombra solo estaba ahí parada, no sabía sexo, no sabía color, no podía identificar qué era ese espectro, y no entendía el por qué me observaba.
Luego de todo lo que pasó y mostrarle los videos a mis padres y familiares, decidimos indagar en las pocas casas que nos rodeaban, incluyendo al señor que nos vendió la casa.
El terreno donde nos habíamos mudado era un un "cementerio" la persona que nos vendió la casa nos contó que en esa zona iban a dejar los cuerpos tirados de personas que fallecían y no contaban con lo económico para enterrar a sus seres queridos.
¿Pero quién era esta sombra?, ¿por qué solo me observaba?, nunca lo descubrí, se preguntarán si aún pasa esto? pues ¡sí!, aún la misma sombra me vigila por las noches, pero ahora ya no siento miedo, solo dudas.
2da parte.....
Escrito por :
Génesis Barrera A.

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