EL BOULEVARD DE MARBELLA
Llevo mucho tiempo soñando, cada noche que sucedía me despertaba con la certeza de que voy a recordar al siguiente día lo que pasaba en el sueño para buscar su significado, en ocasiones sueño con cosas extrañas, sucesos, animales, o simplemente que voy caminando por una calle larga sin fin.
Desde que era pequeña siempre pensé que lo que soñábamos era lo que nos iba a suceder cuando creciéramos, pero este sueño era muy real, soñé con él, en aquel boulevard.
Iniciaba el año 2014, tenía en mi mente programada dedicarme cien por ciento a mis estudios, a ser mejor persona, e incluso, hacer yoga, vivir una vida normal de toda joven de 25 años, joven que aún no encuentra el verdadero amor, ese amor de novelas o de película, no desviándome del tema, siempre quise ser una escritora reconocida, cuando era niña solía escribir cuentos, —SÍ- cuentos de princesas, me gustaban no lo dudo, pero con el pasar del tiempo mis anhelos por escribir fueron creciendo, hasta que me metí a la Universidad a estudiar Literatura Inglesa y escritura creativa.
Dentro de mis extensas jornadas de trabajo en una revista de la ciudad en la que vivo, comencé a sentir que no estaba dándome tiempo de calidad para mí, y sobre todo para Beto mi perro, mis amigas pasaban tiempo con sus parejas y muy poco las veía, llegaban los viernes de salidas y yo los ocupaba para escribir y descansar, - vaya que es emocionante mi vida-. Me pasé la noche del viernes viendo películas, total era parte de mi rutina mientras ellas, "mis amigas", tenían sus citas.
Una película romántica y a dormir, recuerdo que eran las 12h40pm, poco a poco se iban cerrando mis ojos y estoy segura de que la trama de la película era muy buena, pero también el cansancio que me cargaba.
Iniciando la madrugada, comenzó mi sueño, yo caminando por un boulevard, la gente a mi alrededor conversando, unos tomando fotografía, niños corriendo, vendedores de algodón de azúcar, y globos, muchos globos por todos lados, podría creer que no es un boulevard, sino un parque de diversiones por cómo se veía todo a mí al redor.
La gente no es tan amable, los saludo al pasar y no me prestan atención, pero luego entro a una cafetería llamada “Marbella”, los dueños me parecen unas personas muy amables, se los ve tan enamorados, al parecer son dos adultos de 59 años, según la historia de “Marbella”, era el nombre de la hija menor de esta pareja, que por lo que veo en un cuadro con su foto guindado en la pared junto a la entrada de la cafetería, no tuvo un final feliz.
Mi curiosidad crece y me pregunto - ¿Qué le pasó a Marbella? - en el momento que me iba a acercar a la pareja a preguntarles, escucho a lo lejos que una persona les dio un abrazo y condolencia por un año de fallecida, comprendí lo que había sucedido.
Mis idas a Marbella en los sueños fueron constantes, me sentaba y pedía mi café americano para iniciar mi día, no sé por qué sentía que vivía más en el sueño que estando despierta, creo que cuando despertaba sentía que tenía tantas cosas que hacer y el tiempo corría muy rápido.
Después del trabajo iba a la universidad y, sin embargo, me sentía muy sola, ya mis amigas eran distantes, no las culpo, estaban enamoradas y tenían que compartir con sus novios, mientras tanto yo, me sentaba en la biblioteca a tratar de comprender la clase de la profesora Raquel, siempre le prestaba atención, pero ella era de esas profesoras que solo dictaban una clase y no la explicaban bien, pero yo seguía con la convicción de graduarme y ser escritora.
Mientras mis amigas planeaban una salida para poder celebrar el San Valentín con sus parejas, yo me prestaba a celebrar junto a mi perro Beto, entre mis planes era pasar por el supermercado a comprarle sus croquetas favoritas, y para mí algo de cenar y unos tulipanes, amo los tulipanes, recuerdo que cuando vivía con mis padres, siempre me despertaba y me asomaba por la ventana a observar cómo mi padre los regaba - hermosos tulipanes, mira hija mía, han crecido y siguen creciendo— me gritaba desde el patio trasero mientras yo solo lo observaba y sonreía. Mi madre con una taza de café se acercaba a él y se sentaban en aquel sillón con dirección hacia mi ventana, estoy segura de que jamás encontraré un amor tan bonito como el de ellos.
Me puse a investigar si los sueños se pueden planificar, quisiera siempre llegar al mismo lugar cuando duerma, seguir mi paseo en el boulevard, y quedarme en esa cafetería, y cuando despierte encontrar el mismo lugar, pero el internet aún no me da la respuesta.
Volví a soñar, esta vez aparecí en Marbella, recuerdo que siempre me sentaba en el mismo sitio, la mesa que da hacia la calle principal, un periódico, un florero, mi café americano y un libro de Paulo Coelho. Mientras mi mirada estaba concentrada en lo interesante que se ponía cada vez el libro, alguien llamó de inmediato mi atención, fue el reflejo de un chico, estaba parado justo en la esquina de Marbella, quizás estaba esperando que se ponga de verde el semáforo. — ¿Pero ¿quién es él? — fue lo primero que se me pasó por la mente mientras mis ojos lo veían por el filo del libro. Un chico alto, bien vestido, una sonrisa hermosa y una barba totalmente bien hecha.
De inmediato me levanté de un brinco de mi puesto y corrí hacia la puerta para ver si lo alcanzaba, pero llegué tarde, lo vi caminar hacia la otra esquina y tomar un taxi, y de pronto mi sueño se terminó, un golpe en la puerta me despertó y yo quedé con ese rostro de aquel joven grabado en la mente, intenté dibujarlo, pero no soy buena para eso, mientras tanto me preguntaba - ¿lo volveré a ver? -
Mientras me encontraba trabajando, perdía la noción del tiempo, trataba de concentrarme en lo que tenía que escribir, pero realmente ese chico me gustaba, —pero por qué tuvo que suceder en el sueño, debiste ser real, me cuestionaba—
Antes de acostarme tenía como oración repetir —soñar con Marbella, soñar con Marbella, soñar con Marbella— leí en internet que, si lo repetía muchas veces, las probabilidades de que suceda eran del 80%, ¿y por qué no hacerlo? Entonces ahí estaba yo, un sábado 00h00 de la noche repitiendo Marbella mientras Beto me veía desde el piso, creerá que su dueña está un poco loca.
— Y lo volví a soñar— esta vez caminaba nuevamente en el boulevard, veía la hora 15h00, me apresuraba para llegar a la cafetería porque sabía que a las 16h00 solía pasar el chico de mis sueños, entré, pedí mi café y me senté a esperar, y llegó él, tal como lo había planificado, esta vez el sueño duró muy poco, pero al despertar rápidamente me apresuré en anotar todo lo que sucedía, agarré una libreta y detallaba todo de él, color de cabello, de ojos, la ropa que usaba y la hora en la que siempre pasaba 16h00.
Pero —¿qué tan real pueden llegar a sentirse los sueños? — ¿Puede ser posible que te enamores perdidamente de alguien que al abrir los ojos sabes que no estará?
El independizarme de mis padres me amplió más mi criterio sobre la soledad, realmente el que viva sola no significa que esté del todo sola, simplemente es un espacio para poder encontrarme, poder descubrir qué quiero ser en el futuro, y lo que quería era escribir, ser una escritora exitosa.
Siempre tengo presente el recuerdo de mis padres cuando les decía que algún día escribiría un libro y lo primero que tendría en la dedicatoria son sus dos nombres, ellos me han enseñado tanto que ¿Cómo no agradecerles?
Mientras trataba de escribir un deber de literatura que nos dejó la maestra Raquel, se me venía a la mente la imagen del joven del boulevard de Marbella, ¿será real?, ¿lo veré en algún momento? ¿O quizás lo volveré a soñar?, tenía muchas interrogantes, incluso anhelaba volver al mismo sueño para poder verlo nuevamente.
Pasaron meses y yo siempre me veía en la misma cafetería, en el mismo lugar, y siempre pasaba él, como ya sabía su hora de llegada al lugar, esta vez decidí esperar en la esquina a las 15h30 hasta que él pase, y efectivamente, llegó, se paró justo al lado mío, lo miré y le sonreí, pero no obtuve alguna respuesta de él, mis desesperados momentos por verlo se fueron abajo por ser rechazada por alguien en un sueño, - pero qué carajo, es un sueño, se supone que debo hablarle— no podía creer que hasta en los sueños me ganaba la timidez.
Cada vez se me estaba haciendo muy extraño el tener siempre presente este mismo sueño, no variar, incluso comencé a hablarle a Beto del chico de la esquina, buscaba en internet alguien con facciones parecidas, pero era muy extraño, tampoco me aparecería Marbella, ni el boulevard, comencé a pensar que en realidad nunca lo veré y mucho menos no sabré de él.
En mis tantos intentos por encontrarme al chico de aquella esquina del boulevard, pasé dos semanas en los cuales no soñaba con Marbella, de hecho, no soñaba, hacía todo lo que decía en el internet, meditación, música relajante, pero no encontraba a Marbella en mis sueños.
Y si quizás es una señal para desilusionarme de algo que no tiene sentido? - es que quién le encuentra sentido a alguien que no sabes que existe- me repetía una y otra vez, - ¿se llamará Juan, o Diego, o Andrés?-
Hasta que un día volví a Marbella, volví y esta vez caminaba con toda la certeza de que lo iba a encontrar, de que le iba a hablar, y de que él iba a saber quién era. 15h30, se acercaba la hora, procedí a caminar hacia la esquina donde siempre él llegaba, esta vez venía hacia mí, - me sonrió, esta vez me sonrió- esta era yo hablando con mi cabeza, cuando de pronto él se acercó más, yo emocionaba tenía preparando lo que le iba a decir en ese lapso de tiempo, al llegar a la esquina él continuó de largo, el resultado, no era yo a quién le sonreía, al voltearme el chico le sonreía a un amigo, estos se saludaron y se fueron, de pronto mi sueño se convirtió en un lugar blanco totalmente blanco.
¿Dónde estoy? - esto no es Marbella- me comenzaba a asustar, no veía nada más que un camino totalmente de blanco, intenté correr y correr y sentía como mi cuerpo se cansaba, hasta que llegué a una esquina, estaba llena de tulipanes en la vereda, asustada aún de lo que pasaba, trataba de despertarme, pero esta vez nunca desperté del sueño.
Marbella era yo, la cafetería era mi sitio favorito en la infancia y los dueños, eran mis padres, una ráfaga de viento me envolvió en ese momento y trajo consigo imágenes y muchos recuerdos que durante todo este tiempo no los tenía presente, -nada de esto fue real- me sentía desconcertada, estaba confundida.
Durante todo ese tiempo Marbella deambuló por el boulevard que la vio crecer, aquella cafetería donde solía sentarse en la mesa que daba hacia la calle, pedía su café favorito y junto a ella un jarrón con tulipanes que su padre le regalaba. Aquella esquina donde marbella se enamoró, fue la esquina donde él la perdió.
Ricardo era un joven que estudiaba con Marbella la misma carrera, él anhelaba ser docente de literatura y ella quería ser escritora, constantemente caminaban por el boulevard, estaban muy enamorados, un día esperando que el semáforo cambie a verde, un carro a toda velocidad fue el causante de que Marbella no vuelva a ver a su amor, ese mismo día Ricardo tenía planeado pedirle matrimonio a Marbella, llevaba consigo globos de todos los colores, con frases para ella, toda su historia duró y a las 16h00 se apagó.

Sin palabras 🙌🏻
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EliminarLo voy a comprarlo para Estefania y Alejandra que les gustas estas historias y haber si ellas se animan y también escriben uno igual
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